Romanos 8:37
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Cuando estudiamos La caída del hombre y el pecado vimos la tremenda trampa que el enemigo le hizo al hombre y las terribles consecuencias que produjo la desobediencia. Pero, así como fuimos engañados en todo sentido, de igual modo Dios nos salvó en todos los modos posibles.
1. NOS RECONCILIÓ
La caída dejó al hombre muerto espiritualmente o sea separado de Dios, en enemistad con Él y con la relación entre ambos rota. Como pecadores teníamos temor de acercarnos a su presencia.
En la cruz, Cristo murió en sustitución nuestra y esto hizo posible la reconciliación. Por lo cual ahora podemos acercarnos confiadamente a la presencia de Dios porque la sangre de Jesucristo nos ha limpiado de todo pecado (Ef 2:13; Heb 4:16; Rm 5:10; 2 Co 5:18-20). También nos hizo aceptos ( Ef 1:6).
2. NOS DIO VIDA ETERNA
Con el pecado entró la muerte física, pero Cristo le quitó el poder a la muerte (Heb 2:14-15; Ap 1:18). La resurreción demostró que la muerte había sido derrotada, vencida y que así, como Jesús fue levantado de la muerte a la vida, también serán levantados o sea resucitados todos los que creen en él (Hch 2:24; 1 Co 6:14; 1 Co 15:21-22; Col 1:18; Flp 3:20-21; Jn 11:25-26; 2 Ti 1:10; 1 Co 15:54-57; Rm 6:8-9).
Es importante saber que así como cuando nacimos heredamos de nuestros padres un cuerpo adapto para vivir en esta tierra, de igual modo después de la resurreción tendremos un cuerpo adapto para vivir en el Reino de los cielos. Este cuerpo será inmortal (vivirá eternamente sin jamás ver muerte), incorruptible (con un estado de pureza, no puede ser afectado por la enfermedad ni el envejecimiento), glorioso (lleno de esplendor), poderoso (no limitado por las leyes físicas) y espiritual (en completa armonía con el Espirítu Santo).
3. NOS JUSTIFICÓ
Ser justificado significa ser absuelto, declarado y tratado como justo, no como culpable.
Por causa del pecado el hombre estaba condenado. Condenación significa “destinado a algún castigo” especialmente el infierno. La imagen que evoca la doctrina de la justicia es la de un criminal ante un juez justo. El juez declara al criminal: “¡Justo! ¡Inocente! porque está vestido de la perfecta justicia de Jesucristo, el cual cumplió la Ley del Señor de manera perfecta.
Cristo llevó nuestros pecados para que nosotros tuviéramos su justicia, por lo cual ahora somos declarados justos y libres de la culpa del pecado delante de Dios (2 Co 5:21; Ro 5:1; Ro 8:33; Ef 4:24).
4. NOS TRASLADÓ AL REINO DE SU AMADO HIJO
Adán llevó la raza humana al reino de las tinieblas (del cual Satanás es el gobernador) pues cuando se rebeló contra Dios, se alió a Satanás el primer rebelde.
Cristo se sometió y obedeció en todo al Padre. Por lo cual al recibir la salvación se produce en nosotros un cambio de ciudadanía, pasamos al Reino de la luz (Col 1:13).
5. NOS DIO LA LIBERTAD
La caída hizo que el hombre fuera vencido por el pecado y de consecuencia se hizo esclavo de Satanás. El enemigo tenía al hombre como prisionero en la cárcel del pecado. Así como un esclavo hace la voluntad de su amo, nosotros en otro tiempo practicábamos continuamente esos malvados deseos. El pecado era una fuerza que nos ataba (1 Jn 3:8; Jn 8: 34-35; 2 P 2:19; Tit 3:3; Rm 6:22)
Cristo nos liberó, rompió nuestras cadenas y nos sacó de la cárcel. Nos dio una libertad COMPLETA. Fuimos salvos de: la pena, el poder y la presencia del pecado.
6- NOS HIZO VICTORIOSOS
Colosenses 2:13-15
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. 14 Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz. 15 Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
La Biblia dice que Cristo anuló el «acta de los decretos» esto es un registro e historial de nuestros pecados o registro de deudas. En la antigüedad se ponía en la puerta de la prisión los motivos por los cuales esa persona estaba encarcelada. De igual modo cada renglón de este registro estaba lleno de cosas desfavorables sobre nosotros por lo cual estábamos encarcelados, condenados a muerte y sin la capacidad de pagar nuestra deuda. Pero Cristo pagó el precio por nuestros pecados, los cargos fueron removidos y dejó el acta sin efecto clavándola victorioso en la cruz.
No solo hizo esto si no que también:
Colosenses 2:15 (NVI ) Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.
Los desarmó, destronó, derrotó y avergonzó públicamente, les quitó la autoridad y no las devolvió a nosotros. Nos dio poder sobre las fuerzas espirituales malignas, las puso debajo de nuestros pies. (Lucas 10:19) Además nos dio poder para hacer su obra aquí en la tierra (Lc 9:1). A los carceleros les dio condenación y a nosotros ¡justificación, salvación, autoridad, dones y vida!