• Ir a navegación principal
  • Ir al contenido principal
  • Ir a la barra lateral primaria
  • Ir al pie de página

Pasión por la Palabra

Jeremías 23:29

  • Inicio
  • ¿Quién soy?
  • Tu corta meditación
  • Galería
  • Audiovisual
  • Librería
  • Contacto

La salvación

5 noviembre 2019 por pasionporlapalabra

Efesios 2:8-9

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.

¿QUÉ ES LA SALVACIÓN?

Salvación es la liberación de una persona o grupo de personas de una situación de peligro o sufrimiento, donde ellos no eran capaces de ayudarse a sí mismos. La palabra contiene la idea de victoria, salud, o preservación.  

En términos bíblicos la salvación es la obtención del perdón de Dios por medio de la fe en su Hijo Jesucristo.

Es la obra total de Dios por medio de la cual Èl rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia del pecado. Le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna y la glorificación en el Reino de los cielos.

La salvación es una obra de Dios en favor del hombre, y no es en ningún sentido una obra del hombre a favor de Dios. Es el mayor regalo dado a la humanidad. 

¿QUIÉN REALIZA LA SALVACIÓN?
Sólo Dios puede quitar el pecado y liberarnos del castigo (2 Ti 1:9).

¿CÓMO SALVA DIOS?
Dios nos salvó a través de Cristo (Jn 3:17). Específicamente, fue la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección lo que logró nuestra salvación (Rm 5:10).

¿CUÁL FUE EL PRECIO?
Redimir significa rescatar o sacar de esclavitud mediante un precio. Así como se vende un esclavo en un mercado, nosotros fuimos comprados por Cristo en el mercado del pecado. El precio de nuestra redención fue muy alto, ya que fue la sangre de Jesucristo (Ef 1:7; 1 P 1:18-19). 

¿SALVACIÓN POR GRACIA O POR OBRAS?
La salvación es por gracia (regalo o favor inmerecido). Es un don que Dios nos da única y exclusivamente a través de la fe en Jesucristo (Rm 3:20-25; Tit 3:5)

No somos salvos por nuestras «buenas obras», nuestros «esfuerzos» o los méritos de nuestra «propia justicia». No hay NADA que el ser humano pueda hacer para merecer la salvación. Aunque una persona no mienta, haga donaciones, ayude a los pobres y muchas buenas obras más, eso no le da el derecho a ser salvo. 

Hay que aclarar que tampoco somos salvos por los ídolos o imágenes (Ex 20:4-5).
Tampoco por María ni ningún apóstol o santo (Hch 4:12).

Cristo es el único salvador, camino y mediador entre el Dios y el hombre (Jn 14:6; 1 Ti 2:5).

La Biblia advierte que los que se quieren justificar por las obras caen de la gracia de Dios (Gl 5:4) y están bajo maldición (Gl 3:10). La Biblia enseña que en el Antiguo Testamento todo aquel que no cumpliera TODA la Ley, o sea que fallara en algún punto se hacía culpable de todos (Stg 2:10). Cristo nunca pecó y logró cumplir al 100% los mandamientos. Además nos liberó de la maldición, haciéndose él mismo maldición por nosotros (Gl 3:13). 

No se trata de lo que «yo hago» sino de lo que Cristo «hizo por mi».

Aclaración: 
Debemos saber que aunque no somos salvos por la obras, esto no significa que ellas no sean importantes. La Biblia muestra claramente que las obras son el resultado de una fe viva y verdadera. Las obras son la consecuencia de nuestro agradecimiento por la salvación ( Stg 2:14-26; Ef 2:10)

¿CÓMO SE RECIBE LA SALVACIÓN?
La salvación se recibe creyendo y depositando nuestra confianza en Cristo como Señor y Salvador (Rm 5:1-2; Hch 16:30-31). La fe es la llave que nos da entrada a la salvación.


¿CUÁL DEBE SER NUESTRA RESPUESTA?

Aunque no podemos merecer el cielo somos llamados a responder a la redención de Cristo con arrepentimiento y fe. 

Cuando escuchamos el Evangelio, las buenas noticias sobre la muerte y resurrección de Cristo, este nos produce fe. El Espíritu Santo usa la Palabra de Dios para enseñarnos y convencernos de que somos pecadores y que necesitamos un salvador. Esto produce el arrepentimiento. Un verdadero arrepentimiento consiste en comprender (mente) que uno es pecador, sentir (alma) dolor por haber pecado y abandonar (voluntad) el pecado, confesándolo a Dios (Hch 3:19; 2 Co 7:10; Rm 10:9-10). 

   

Danos 5 estrellas

Relacionado

Compartir:

Archivado en:Lecciones bíblicas Etiquetado con:perdon, salvacion

Barra lateral primaria

Visítanos en Facebook:

Visítanos en Facebook:

Suscribete en YouTube:

Únete a nuestra comunidad

¡Aprende más de la Palabra de Dios!

Suscríbete y recibe gratis las nuevas meditaciones directamente a tu correo electrónico

Categorías

  • Arrepentimiento (4)
  • Estudio (1)
  • Fe (4)
  • Guerra espiritual (1)
  • Italiano (1)
  • Jóvenes (1)
  • Lecciones bíblicas (13)
  • Matrimonio (2)
  • Meditaciones cortas (7)
  • Mujeres (2)
  • Otros temas (22)
  • Personajes bíblicos (3)
  • Preguntas bíblicas (2)
  • Testimonios (1)

Archivos

Etiquetas

aaron aceptar adoracion amor Arrepentimiento asiria asirios corazon cristiano cristo cruz damas Dios Dios cumple esperanza espiritu santo exodo Fe fidelidad fiel hijo israel Jesus levitas liberacion luz misericordia moises mujer oracion pablo paciencia palabra pecado perdon promesa promesas sacerdotes salvacion sangre servicio testimonio tinieblas triunfo victoria

Footer

  • Facebook
  • Instagram
  • Pinterest
  • Twitter
  • YouTube
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de Privacidad

© 2017–2023 Pasion Por La Palabra | Política de Privacidad

 

Cargando comentarios...