Romanos 3:23
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios
INTRODUCCIÓN – LA REALIDAD DEL PECADO
Diariamente vemos terribles acontecimientos en todo el mundo. Hay noticias de robos, violencia en aumento, asesinatos, inmoralidad, corrupción. Muchos le dan la culpa a la mala educación recibida, a la decadente economía, a los patrones negativos etc. Estas declaraciones tienen una pizca de verdad, pero el problema fundamental es la incapacidad humana de hacer lo bueno (Rm 3:10-12). Lo que significa no cumplir con los estándares de Dios y rebelarse contra sus leyes. El pecado es lo que nos ha dañado a todos, y a su vez es lo que ha arruinado totalmente la sociedad.
SIGNIFICADO
-El pecado es la violación de la ley de Dios (1 Jn 3:4) o sea un comportamiento criminal en contra de sus leyes.
-Es la rebelión contra Dios. Rebelión significa resistir, desafíar o rechazar la autoridad, desobedeciendo las órdenes establecidas.
-El pecado es cualquier falta de conformidad al carácter de Dios (es diferente de lo que Dios es) por lo cual implica la sensación de perder, fallar, errar al blanco, no alcanzar el objetivo.
-Uno de los términos más comunes para el pecado es «iniquidad» que significa maldad, perversión o en traducciones más modernas es «quebrar» o «retorcer», aquí la imagen es una distorsión de la verdad.
La Biblia también habla del pecado como injusticia, impiedad, una deuda que debe pagarse y el pecado es lo que nos hace no aptos para la presencia de Dios (Is 59:2).
Pecado, en resumen, es elevar el yo al lugar que solo Dios debería tener. La base de todo esto está en la primera tentación: «seréis como Dios» (Gn 3:5).
Por último hay que saber que es Dios el que define el concepto de pecado, no el hombre según su mente.
SU ORIGEN
El pecado estaba ya presente desde antes de la caída de Adán y Eva, su origen lo encontramos en Satanás. En Génesis 3:1 vemos a la serpiente malvadamente tentando al ser humano y a la vez pecando al hacer esto.
Ahora, ¿Quién es esta serpiente?¿Quién es Satanás?
Según cuatro pasajes bíblicos claves (Ez 28:11-19; Is 14:12-15; Lc 10:18; 1 Jn 3:8;) Satanás inicialmente fue un ángel santo creado por Dios. Isaías 14:12 le da el nombre de Lucero (el brillante o portador de luz) antes de su caída. En específico se dice que era un querubín. Los querubines son ángeles protectores que están muy cerca de la gloria de Dios. Pero ante su importante posición y belleza él se volvió vanidoso, arrogante y quiso autoexaltarse. Deseó sentarse en un trono, ser semejante a Dios y ser adorado como Él. Su orgullo lo condujo a su caída y por su pecado Dios lo hechó del cielo junto con una inumerable cantidad de ángeles que lo siguieron en su rebelión (Ap 12:3-4; 2 P 2:4; Jud 1:6). A partir de ese momento se le llama Satanás (enemigo, adversario).
LA CAÍDA DEL HOMBRE
En el principio Dios creó el hombre y vió que era bueno. Pero es importante especificar que el Señor le dió al ser humano el poder decisional. Dios no creó al hombre como si este fuera un robot sin inteligencia, si no que le dio la posibilidad y capacidad de tomar decisiones, le dio la libertad de elegir como obrar y el camino a tomar independientemente de si su voluntad y decisiones fueran buenas o malas. ¡Esto es realmente algo admirable!
Tenemos que entender que no hay nadie que nos conozca mejor que nuestro creador. Èl sabe lo que es mejor para nosotros. Dios espera que el hombre le obedezca no como en una forma obligada ni por imposición, sino como un acto de CONFIANZA. En otras palabras: «yo te obedezco Señor porque se cuanto me amas y entiendo que quieres lo mejor para mí». Desgraciadamente esto no fue lo que hizo el ser humano, pues como vamos a ver, el ser humano decidió hacer lo contrario, por lo cual memoricemos esto: LA VOLUNTAD DEL HOMBRE ENFRENTADA A LA DE DIOS ES LA ESENCIA DEL PECADO Y LA BASE DE LA CAÍDA DEL HOMBRE.
Génesis 3:1-7 nos relata como Satanás engañó al ser humano diciéndole que no sucedería nada si desobedecía comiendo del árbol prohibido, mientras que Dios les había dicho que morirían si comían (Gn 2:17). En su conversación con la mujer Satanás se revela como el engañador diciendo “verdades a medias”, pues el hecho de que comiendo del fruto sus ojos serían abiertos era verdad, pero lo que no les reveló es que ellos tendrían el poder de conocer el bien y el mal sin el poder de hacer el bien.
El pecado comienza con creer una mentira y no creer en Dios. Cuando la mujer creyó la mentira del enemigo y desobedeció lo que hizo fue que:
1- Menospreció a Dios y su consejo (menospreciar sgnifica «tener en menos» o «quitar el primer lugar»)
2-Puso en duda su sinceridad
3- Lo rechazó (lo excluyeron, le dieron la espalda abrazando al enemigo)
Adán y Eva no permitieron que la palabra de Dios misma definiera el concepto de verdad, de lo que es correcto o incorrecto. Pasaron de ser seres dependientes de su Creador y cayeron ante la tentación de «ser como Dios» tratando así de ocupar su lugar. Al independizarse de Dios, quedaron dependiendo de sus propios recursos y el centro de su vida llegó a ser su propio yo. Vemos aquí el orgullo que yace en el corazón del pecado que es abandonar a Dios para encontrar en ti mismo lo que debías encontrar en Él.
CONSECUENCIAS
A partir de ese momento el pecado entró en la raza humana y ha pasado a través de todas las generaciones. La Biblia dice que el mismo Adán que había sido creado a imagen y semejanza de Dios, luego engendró un hijo a su propia imagen pecaminosa (Gn 5:1-3).
Nosotros como descendientes de Adán hemos heredado el pecado de él (Rm 5:12). El efecto inmediato del pecado fue la muerte espiritual (separación de Dios) y luego la muerte física (Rm 6:23; Rm 5:18-21; 1 Co 15:21-22). Así como cuando cortamos una flor que esta no muere inmediatamente si no que dura un poco, de igual manera Adán no murió inmediatamente, sino que se fue marchitando hasta morir por el hecho de estar separado de la fuente de vida que es Dios.
También el pecado de Adán llevó la raza humana al reino de las tinieblas (del cual Satanás es el gobernador) pues cuando se rebeló contra Dios, se alió a Satanás el primer rebelde. En vez de gobernar la tierra los seres humanos perdieron la potestad sobre ella (Gn 1:28; Lc 4:6). Se volvieron esclavos del pecado y de Satanás.
El hombre quedó en vergüenza, dolor, y dañado emocional, espiritual y físicamente.
LA SOLUCIÓN
Dios aún deseaba una raza de gente que le glorificara. Pero, ¿cómo lo llevaría a cabo? Puesto que la ruina de la raza humana vino por medio de un hombre, Dios proveería la salvación de la raza humana por medio de otro Hombre: Jesucristo.
La solución al problema del pecado es Jesucristo. La Biblia lo llama «el segundo Adán», pues mientras que el primer Adán pecó, el segundo nunca lo hizo. Mientras que el primero desconfió, el segundo confió. Mientras que el primer Adán desobedeció en el huerto de Edén, el segundo Adán Jesucristo obedeció al Padre en el huerto de Getsemaní. El primero salió derrotado del huerto, pero el segundo ¡salió triunfante!
Cuando Juan el Bautista vio por primera vez a Jesús, proclamó: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1:29). Esa fue la razón por la que fue llamado «Jesús» (salvador) Mateo 1:21: «Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
En la próxima lección estaremos hablando precisamente de esto, de la salvación.
CONCLUSIÓN
Ver las terribles consecuencias que dejó un solo pecado, nos debe hacer estar alertas y reflexionando en esto:
1- El pecado siempre te llevará más allá de lo que pensabas llegar. Decimos «voy a llegar hasta aquí» o «creeme esto está bajo control». Lo que supuestamente está bajo control, termina controlándote a ti (tu vida, mente, corazón y emociones)
2- El pecado te alejará por más tiempo de lo que habías pensado. Decimos «solo esta vez luego no lo repito» o «yo lo dejo cuando yo quiero» o «es solo un par de días». Pero ese día se convierte en semanas y luego en años.
3- El pecado te costará más de lo que querías pagar. Te costará tu integridad, reputación, paz. Te puede costar tu esposa, hijos, trabajo, ministerio, iglesia, dinero etc…
4- Pecas a tu manera pero tienes que regresar a la manera de Dios. Dios determina los términos de tu regreso y sus caminos pueden ser largos y tortuosos a la manera del desierto.
5- El pecado engendra pecado. No tiene límites, con un pecado quieres cubrir el otro.
6- El pecado me lleva a justificar lo que he hecho. Con lo cual cometo otro pecado el de la «auto-justificación»
7- El placer del pecado es temporal, pero sus consecuencias son duraderas.
8- Nadie se burla de Dios. Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.
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