Éxodo 13:17-18
17 Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.
18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.
La Biblia relata que el pueblo de Israel estuvo 430 años esclavizado en Egipto. Cuando los israelitas salieron de allí, Dios los guió a través del desierto en lugar de llevarlos por el camino más transitado (Ex. 13:17-18). El Señor hizo esto para enseñarles lo que necesitaban aprender antes de entrar a la Tierra Prometida, ya que ellos habían salido de Egipto, pero Egipto aún no había salido de sus corazones. Fueron liberados de las cargas pesadas, pero ahora debían aprender a vivir como hombres libres. Dios no los libertó para que hicieran lo que quisieran, los redimió y pagó el precio de su libertad, para hacerlos su pueblo escogido. ¿Qué hubiera pasado si ellos hubieran hecho lo que quisieran? Pronto hubieran vuelto a caer esclavos.
“La Redención no sólo consiste en salir de la esclavitud, sino en aprender a vivir en libertad”.
En los días de hoy Dios trata del mismo modo con sus hijos. La Biblia dice que el camino a la vida es angosto porque tiene el propósito de perfeccionarnos (Mt 7:13-14).
Mateo 7:13-14 (NVI)
La puerta estrecha y la puerta ancha
13 »Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. 14 Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.
Así que, no nos asustemos con las dificultades que Dios nos permita pasar, ya que ellas van a sacar de nosotros todo lo viejo que nos estorbe. Más bien demos gracias al Señor por nuestras debilidades, ya que ellas nos recuerdan nuestra dependencia de él, además como dice la Palabra Dios se fortalece en nuestra debilidad (2 Co 12:9). Demos gracias por la persecución, porque en ella podremos ver la mano libertadora de Dios a nuestro favor. Demos gracias por la escasez, porque en ella podremos conocer al Dios que provee. Demos gracias por las tempestades, porque en medio de ellas conoceremos al Dios que todo lo controla y que trae la calma. Demos gracias por las diferentes pruebas, crisis, procesos, desiertos o períodos que estemos viviendo. Porque TODOS y CADA UNO de ellos formarán nuestro carácter, nos equiparán con las herramientas que necesitaremos para cumplir el propósito de Dios en esta tierra y nos enseñarán a vivir en este camino de la fe.
Romanos 8:28
Más que vencedores
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
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